lunes, 25 de enero de 2010

La patria agradecida

Recuerdo aún la formula de la jura de bandera de cuando la mili era obligatoria, hoy en día cambió ligeramente para adaptarse a la legalidad actual, pero básicamente sigue siendo la misma, igual casi, con ligeras variaciones a la que juraron nuestros abuelos, y antepasados en general desde hace bastante tiempo para aca.


El formulismo, por aquellos años, si no me equivoco, básicamente era el siguiente:

"Soldados, jurais por Dios Defender a España, obedecer a vuestros jefes y no abandonarlos hasta la última gota de vuestra sangre si fuera necesario"

Y todos, henchidos de amor patrio contestabamos ¡Si! ¡juramos! (bueno, algunos no tenían amor patrio, pero contestaban igual).

Después el jefe que hablaba, y aquí viene lo importante, decía: "Si así lo haceis la patria os lo agradecerá y si no, merecereis su desprecio como los más indignos hijos de ella"

Después desfilábamos y besabamos la bandera y todo eso, un acto muy bonito y tal, precioso ¡hasta te lo llegabas a creer!.

Hoy me acordé de aquel juramento viendo lo que vosotros podeis ver en las fotos de abajo: es una tumba que está en el cementerio de Pereiró de Vigo, los que yacen en ella son soldados españoles que cuando aquellas guerras en Cuba y Filipinas, regresaban heridos, enfermos, a veces gravemente y... morían pobres y abandonados, sin más agradecimiento que una mísera medalla concedida casi a oscuras y de forma hipócrita por los políticos del momento. Después se morían en el hospital de la Cruz Roja y al hoyo.

 

Hay que hacer notar que de aquella, aunque el ejercito era de levas, estos eran en general y salvo rarísimas excepciones, soldados pobres, a veces con la familia lejos, y morían en Vigo ante la imposibilidad de ellos o de estas de ser trasladados a su tierra, Vigo, como puerto de mar que era, los recibía y terminaban muriendo en la caridad de la Cruz Roja y enterrados en ese trozo de tierra. Los ricos de aquella no es que estuviesen exentos de servir a la patria pero cuando eran llamados a filas pagaban la Redención en Metálico y se libraban de ir a las ya de aquella estúpidas, guerras coloniales que bien habrían podido resolverse de otras formas, pero... había intereses.

Me fijo en la tumba de la foto y a pesar de que en el cementerio hay bastante gente nadie mira tan siquiera para ella, y la mayor parte de la gente de esta ciudad, Vigo, ni tan siquiera sabe de que va la tumba ¿los soldados que venían de Cuba y Filipinas? ¿si? -te pueden preguntar extrañadisimos- y es que nunca, en todos los años que llevo en esta ciudad, he visto un mísero homenaje, nunca un político se acercó allí a poner unas flores, el único homenaje que reciben estos fallecidos es por el día de difuntos, cuando la Cruz Roja envía a alguien que arregle aquello un poquito y ponga alguna flor, y ahí queda todo. No hay más, fijémonos que la lápida dice "La Cruz Roja de Vigo a..." nada de "El Gobierno de España a..." o algo similar.

La tumba, donde yacen 153 soldados y oficiales de los que en muchos casos no se sabe ni el nombre, fue construida por la Cruz Roja en 1912 (catorce años después de la pérdida de Cuba) y costó 7000 pesetas, la escultura del soldado fue realizada por el escultor ovetense Julio Gonzalez Pola, y por esto alguien puso en el escudo de Vigo eso de «Valiente, leal y siempre benéfica»

Y esto es todo lo que la patria se acordó de aquellos hijos que un día juraron dar hasta la última gota de su sangre por ella, tratando con el olvido y la indiferencia a quienes nunca se mostraron "indignos hijos de ella" pero bueno, de nuestros políticos y autoridades tampoco se puede esperar algo semejante, que ya lo dijo Lope de Vega en su día "Y donde los más leales, soldados con vituperios, comen en los monasterios, mueren en hospitales". Pura España, país de caines, que no duda en homenajear al grande que muchas veces nada hizo para merecerlo, mientras da de lado al necesitado.


de los últimos soldados españoles en la Guerra de Cuba.

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