lunes, 5 de octubre de 2009

De cuando robaban en el Castillo de San Antón

Ayer estuve en La Coruña o A Coruña, como ustedes prefieran, que a mi me da igual. Todo muy bonito como siempre (a este Vigués le encanta La Coruña), salvo el tiempo que estaba un poco revoltoso.


Al pasar por el Castillo de San Antón mi novia se lamentó de que nunca la había llevado, y la verdad, el que suscribe tampoco había entrado nunca, así que con tiempo para perder la ocasión la pintaban calva.

No es nada del otro mundo, un pequeño castillo que en su día fue dedicado a defender la ciudad y hoy, bastante bien conservado se dedica a explicarnos un trocito de historia:




Como se ve nada del otro mundo, bonitas vistas de la ciudad y el mar. Sin embargo una de las obras realizadas en su tiempo en el interior del castillo si llamó mi atención. La cisterna, que se construyó en su día para que la guarnición del castillo dispusiese de agua para beber (creo que lo de bañarse por aquella época (reinado de Felipe II) se estilaba más bien poco:

Y la cisterna en si misma, (supongo que sería poca la guarnición, la justa para servir algunos cañones y algo de aquella temible infantería española quizás) como pueden ver en la imagen tampoco es nada del otro mundo, lo que llama la atención de la cisternita es el rollo que se tenía montado el ingeniero que la construyó y que explican a la entrada:

Traduzco para los que no comprendan el idioma gallego:


El castillo se comenzó a construir en el año 1588, el ingeniero Rodriguez Muñiz dirige las obras que poco a poco sufren modificaciones, como la de ensanchar la cisterna de desde la cubierta de la parte alta recoge el agua de la lluvia para el uso de la guarnición. Las lentas obras y los gastos preocupaban al propio rey Felipe II y que Muñiz justificaba debido a los problemas de transporte de piedra traída en barca, elogiando la capacidad de la cisterna "tan fuerte y tan capaz que dudo haberla mejor en España... y todo costó mucho dinero..." La rampa de acceso al patio superior permitía el movimiento de tropa y de la artillería.
Espabilado que fue el Ingeniero Rodriguez Muñiz (parece ser que también era alferez), menos mal que le encargaron una cisternita de nada, si le llegan a encargar una reforma en la Torre de Hercules se forra, eso si, hubiese dado respeto ver las justificaciones de los gastos.

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